El Camino del Corazón es una invitación a recorrer un itinerario espiritual para disponer el corazón a colaborar con la misión de compasión de Jesucristo por el mundo, metiéndonos en el corazón del mundo, en el centro de toda realidad, allí donde Cristo Resucitado está trabajando. Por amor a nosotros, Dios fuente de vida, se ha hecho humano en medio nuestro. Y así, entendemos que la familia, el trabajo, las diversiones, los amigos, los estudios, la naturaleza, el arte y las ciencias, etc., pueden ser realidades donde encontrarnos con el Señor.

El recorrido de El Camino del Corazón no nos indica “qué hacer”, sino que nos invita a configurarnos con una forma de ser y de vivir: “como Jesús” haciéndonos dóciles al Espíritu. Se trata de entrar en la dinámica del Corazón de Jesús para crecer en disponibilidad apostólica. Para que toda nuestra vida se configure con la de Jesucristo y su actitud de disponibilidad apostólica sea nuestro sello característico.

Nuestra misión en la Red de Oración es disponer nuestra vida a la misión de Jesucristo que se nos concreta en los desafíos de la humanidad y de la misión de la Iglesia que el Papa nos da cada mes en sus intenciones de oración. Estos desafíos son realidades de nuestro tiempo, necesidades del mundo, de hombres y mujeres que necesitan ser atendidas por la oración y la acción, y que nos convocan a entregar nuestra vida, vida eucarística, como discípulos y apóstoles al estilo de Jesús.

El mundo que Dios tanto ama necesita de nuestra total disponibilidad, para que, trabajando con Él, llegue a ser un lugar más humano y más fraterno. Y en este sentido El Camino del Corazón es la clave de interpretación de nuestra misión.